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CURIOSIDADES NAIPERAS
PEDRO NARVAEZ J. MANUEL CANLE.CIUDADANOS POR CADIZ
domingo, 14 de marzo de 2010
BARAJA DE MIE
DO
LA BARAJA DE
LA MEMORIA
En la cárcel de
Valdenoceda
murieron 156 presos políticos republicanos.
No los fusilaron.
Los dejaron morir de hambre y frío.
La desesperación era tanta que uno de los supervivientes contó que sus mejores sueños eran aquellos en los que
fantaseaba con un trozo de pan
.
Pero incluso en situaciones tan dramáticas, hay gente que encuentra un modo ingenioso de espantar fantasmas. Los presos de Valdenoceda lo intentaron con una baraja de cartas hecha a mano con cartón y papel de fumar. Una baraja llena de memoria.
Los naipes se encontraron más de 50 años después del cierre del penal.
Los habían escondido en una grieta de uno de los muros externos. Estaban muy manidas pero había 36 cartas recortadas y dibujadas a mano. Radiocable.com ha podido fotografiar el caballo y el rey de espadas, por delante y por detrás. Pero hay más. En el blog
Todos los rostros
han publicado la imagen del “As de oros” [
Foto
].
Es posible que los naipes fueran dibujados por Ernesto Sempere, uno de los presos que sobrevivió a Valdenoceda y que
escribió sus memorias
poco antes de fallecer en 2005.
Fue además conocido como
“
el violinista” de la prisión
.
Aunque las cartas también pudieron haberlas hecho algún otro de los cientos de presos -no hay cifras oficiales- que fueron recluidos en este penal entre 1938 y 1943.
Lo que es seguro es que Valdenoceda fue un lugar donde reinó la desesperanza. El historiador Javier Rodrigo lo incluye entre los
campos de concentración o reeducación
del franquismo. Sempere lo llamaba “de exterminio” y escribió sobre el frío, la oscuridad, la única ración de comida al día que consistía en “una alubia podrida flotando en un caldo sucio”, los chinches, las ratas y los malos tratos disciplinarios como encerrar a los presos en “celdas de castigo en el sótano, que con la crecida del Ebro se inundaban hasta la altura del cuello”.
En estas condiciones 156 internos perdieron la vida. Los presos supervivientes fueron obligados a enterrar a sus compañeros en un solar fuera del cementerio. El cura los condenó a fosas comunes para que no estuvieran junto a sus fieles. “Lo hicieron en cajas de madera y con sus escasas pertenencias: un lápiz, una goma de borrar, un anillo… a un metro de profundidad” cuenta un antropólogo.
En 1997, José María González, nieto de una de las víctimas, comenzó a investigar el paradero de su abuelo para cumplir el deseo de su padre y dio con el lugar. Diez años después empezaron las exhumaciones e identificaciones. El pasado 5 de marzo, los
restos de 15 fallecidos
en el penal fueron entregados a sus familiares.
Existe una
Agrupación de familiares y amigos
de los republicanos muertos y represaliados en la prisión de Valdenoceda. Tienen testimonios escritos por presos veteranos de la prisión como Ernesto Sempere e Isaac Arenal,
listas de fallecidos
, unas 400 fotografías y dibujos de José Robledano, Porlier y Sempere hechos en Valdenoceda. Jaume D´Urgell tiene además en
Flickr una galería de fotos
del penal y el
proyecto Antigona
recopila más imágenes.
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